miércoles, 14 de agosto de 2013

En las sombras

      En la entrada al blog de fecha 19 de febrero de este año comentaba con algún detalle sobre la sympetrum nigrifemur, especie endémica de las islas Canarias y Madeira. Hablaba sobre que normalmente es una especie que suelo ver a partir de los primeros meses del año, enero a abril y que después "desaparece" hasta el año que viene. Sabía que se la puede ver mucho antes, junio o julio, que es posiblemente cuando emergen manteniéndose estos ejemplares jóvenes en zonas altas de la isla.


Llevaba tiempo queriendo fotografiarlas en estos primeros momentos de su emergencia por la bonita coloración que presentan estos ejemplares jóvenes. En la imagen superior se puede ver a una hembra, el abdomen entre amarillo y anaranjado no ha alcanzado aún los tonos rojizo anaranjados de ejemplares más maduros, los ojos tienen un color verde oliva claro por la parte inferior muy característicos de los individuos inmaduros de esta especie.


Algo más maduro el macho de la imagen superior en un paso intermedio en su maduración.


Todas las fotos de esta entrada están realizadas en la última semana de Julio, a unos 1000 metros de altitud y en zonas cercanas a pinares. La anterior imagen muestra a otra hembra de sympetrum nigrifemur. Pude observar, en un principio, algunos ejemplares con coloración muy amarillenta que indicaban que eran muy jóvenes, con tal vez muy pocos días desde su emergencia. En los siguientes días los ejemplares observados mostraban ya mayor cantidad de tonos anaranjados intercalándose con zonas amarillentas, sobre todo en el abdomen, lo cual indicaba una mayor maduración de los mismos. Posteriormente, al final de Julio principios de Agosto volví a notar la presencia nuevamente de ejemplares muy jóvenes, lo cual indica que la especie seguía emergiendo en los siguientes días.



En la imagen superior otro macho de esta especie. A principios de agosto pude observar mayor número de ejemplares que en los días anteriores. Aunque encontré ejemplares muy jóvenes en zonas bien iluminadas y dedicados a la captura de sus presas, la mayor parte de los ejemplares los encontré en las zonas en sombra, siempre posados sobre el extremo de pequeños tallos secos o en los bordes de ramas de pequeños arbustos, permanecían allí casi inmóviles a no ser por sus de vez en cuando giros en sus ojos. Al estar en estas zonas en sombras dificultaba mucho verlos, había que fijarse muy bien, pararse y mirar con detenimiento para encontrar algún ejemplar, ello les daba cierto aire de misterio, eran como pequeños "fantasmas" que de pronto aparecían ante tu mirada.